septiembre 21, 2010

Exit

Mientras yo, distante, seguía andando sola
hablaba sin parar de cosas indiferentes
de la vida, del destino, del día, de mi...
siempre hablaba de mi, y yo me odiaba
niña nefasta, como cualquiera, ésa era yo
solitaria, cansada, agotada y sin límite
de cierto modo no era una ventaja...
no tener límite equivalía a caer siempre
por bajo que estuviera, aún más... sin fin.
Y por eso andaba sin ningún motivo de pausa.

Pero... en un segundo determinado, paré.
Algo me decía que se acabó, paré de llorar
me di cuenta de lo feliz que era, en cierto modo
me di cuenta que ahí estabas tu, abrazándome
y lo conseguí.

A veces una no puede salir sola de los lugares que una misma se crea.
Por el hecho de no haber fabricado una puerta de salida...

No hay comentarios:

Publicar un comentario